La calle Méndez Núñez nuevamente se ve sometida a retoques en su calzada, no por la intención del consistorio de embellecer una de las principales calles de nuestra ciudad, sino como resultado de la mala práctica del gobierno municipal de llevar a cabo obras inconclusas, mal acabadas y prematuramente entregadas al disfrute del vecino. Y, por desgracia, no se trata de un caso aislado, ya que hemos tenido que soportar situaciones similares en otras construcciones que se han llevado a cabo en Santa Cruz de Tenerife en los últimos tiempos.
Desde el grupo municipal Ciudadanos (Cs) hemos manifestado constantemente nuestras quejas por la forma en que se toman las decisiones que afectan a un gran número de vecinos en materia de infraestructuras, y hemos mostrado nuestro rechazo a que se actúe a espaldas de los santacruceros, puesto que se les ningunea a la hora de mejorar los proyectos presentados, recibiendo solo portazos ante sus consideraciones a la hora de denunciar las innumerables deficiencias que se detectan a simple vista. Y en un punto de la ciudad tan necesitado de mejoras como es el entorno del barrio del Toscal, la constante burla y desatención es ya casi una provocación.
Ciudadanos ha defendido en varias mociones las necesidades de este enclave tan querido, como son la mejora del servicio público de transporte de viajeros en el barrio, llevar a cabo un plan especial que sea realista y que pueda revitalizar la paupérrima imagen del mismo, la mejora profunda de la limpieza en el Toscal o que no se deje caer en el olvido la tradicional vegetación que, desde antaño, ha pertrechado la sombra en los laterales de la calle Méndez Núñez.
Sin embargo, todas estas propuestas han sido criticadas y denegadas por un equipo de gobierno más atento a su perfeccionismo ilusorio que a los consejos de los que queremos una ciudad mejor.
Nos encontramos ante una cuestión de gran importancia que supone que una de las principales calles del barrio, junto con la histórica calle de La Rosa, se encuentre llena de abombados baches que hacen y han hecho durante los últimos meses que la conducción por esta vía haya sido tremendamente complicada y, sobre todo, peligrosa.
Pero ante las críticas, nuestros gobernantes, encargados de esta obra, han mirado para otro lado, dejando en el olvido las funciones en materia de control y revisión de la ejecución de este proyecto.
La realidad suele resultar incontestable y, en este caso, la evidencia tantas veces negada ha acabado por emerger de tal manera que hasta el propio responsable de infraestructuras de nuestro municipio ha tenido que enmendar su testaruda posición de ver como normal las deficiencias del resultado del asfaltado de la calle.
Lo más terrible es comprobar como la terquedad y la mala gestión siguen impidiendo que el chicharrero pueda disfrutar de una ciudad agradable, de una ciudad accesible y del encanto del histórico Santa Cruz de Tenerife.
Hay que exigir que se vigilen y se controlen las obras públicas que se llevan a cabo en nuestro municipio, porque ese, y no otro, debe ser uno de los principales objetivos de las personas al frente del gobierno capitalino. En este sentido, Cs aboga porque haya un equipo técnico municipal que fiscalice el estado efectivo de las obras cuando se entregan, para de este modo asegurar que cuando se van a abrir al público se encuentran en perfectas condiciones de uso, y que el informe emitido por dichos técnicos sea determinante para proceder o no a esa apertura definitiva.
Los chicharreros se merecen otra forma de gestionar el ‘Corazón de Tenerife’, porque si no se cuida ni se protege, acaba por dejar de latir.
Por todo esto, no puede repetirse más veces otro ‘caso Méndez Núñez’, ni otro ‘caso Plaza de Los Patos’, ni otro ‘Tunel de La Vía Litoral’, ni tantos otros nunca olvidados en la memoria de todos los santacruceros.
*Antonio Blanco, concejal de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.