Los municipios necesitan vigorizar las economías productivas que se instalan o pueden instalarse en un futuro dentro de su término territorial. Y eso es tan cierto como que un tejido industrial próspero, dinámico y fidelizado produce una bonanza económica, tanto para las arcas municipales, como para las propias financiaciones familiares de los trabajadores contratados.
Es por ello que las administraciones públicas deben impulsar los espacios terciarios destinados a la actividad empresarial, sea esta comercial o industrial.
No puede haber cicatería en la mejora y mantenimiento de estos espacios. Esa política rastrera con las inversiones en favor de nuestro tejido industrial va a provocar sin duda, en el corto o medio plazo, que Santa Cruz de Tenerife vea como paulatinamente la iniciativa empresarial de la capital se descapitaliza de forma inevitable, en favor de otros municipios tinerfeños.
Y lo que es peor aún es la actitud de no escuchar a quienes dan el aldabonazo de atención ante este tipo de inacción frustrante que pone en peligro la economía futura del municipio y lo que ello conlleva, como el aumento del paro entre los chicharreros y, en el mejor de los casos, que los ciudadanos tengan que desplazarse a muchos kilómetros de su residencia para encontrar el ansiado trabajo que sus gobernantes no han sabido cuidar y potenciar.
Es fundamental que se mantengan en buen estado nuestros polígonos industriales, que se asfalten sus calles y se terminen las que están inacabadas, que se les dote de aparcamientos suficientes, que se mejore notablemente la conectividad del transporte público y que se señalicen las empresas que se encuentran en ellos, así como la forma de llegar a las mismas.
Es necesario que este equipo de gobierno municipal (CC y PP) deje a un lado su constante “estamos en ello”, para que, en la práctica, se dedique a crear bienestar y empleo. Igual de necesario es gestionar los recursos de los que disponemos y utilizarlos para la bonanza presente y futura del municipio. Ésta y no otra es su obligación.
La negación de lo evidente es la peor medicina de todo político, y lo preocupante es que la falta de ideas o la falta de capacidad para llevar a cabo las ideas necesarias las acaban por pagar, como siempre, los ciudadanos.
Hay que velar porque nuestro tejido industrial se afiance en nuestros espacios terciarios, mantener esos polígonos en condiciones suficientes para que el sector empresarial se establezca. Solo así conseguiremos incentivar a las empresas a desarrollar su actividad dentro de los límites de Santa Cruz de Tenerife, además de mejorar nuestros índices de desempleo y promover la dinamización de la economía chicharrera.
Escuchar y actuar, dos cualidades de las que el presente equipo de gobierno municipal parece carecer.
* Antonio Blanco Vázquez es concejal de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife