Artículo de opinión de Igor Suárez
Consternado. Sorprendido. Estupefacto. Son muchos los adjetivos que se vienen a mi mente tras repasar lo acontecido el pasado sábado con motivo de la segunda jornada de la sesión de investidura del nuevo presidente del Gobierno.
Me resulta imposible compartir que partidos políticos con representación en el hemiciclo haya contribuido a animar a la gente a acudir a la concentración de “Rodea el Congreso”. Deben comprender que su momento de lucha en las calles ha terminado. Han de madurar y erigirse en portavoces parlamentarios de los millones de votantes que decidieron que ellos los representaran.
La democracia es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía. Para ello, las instituciones públicas son dirigidas a través de los representantes del pueblo. Es por ello, que me resulta del todo inconcebible animar a la gente a realizar un acto de protesta contra el Congreso de los Diputados, cuando tú mismo participas en él.
No es democracia subir al estrado e insultar por sistema a los otros partidos, y a aquellos que los han votado. No tiene cabida recurrir a estratagemas para confundir a la opinión pública, lanzando la piedra y escondiendo la mano. Tampoco lo es apoyar los discursos de los independentistas, y de los que apoyan a los terroristas; y guardar silencio cuando un partido como el PSOE que lleva más de 130 años trabajando por España (con mayor o menor acierto) exige que se retiren los brutales ataques recibidos por el representante de ERC.
No se puede consentir que al salir por la puerta principal del Congreso representantes públicos, esos que han sido elegidos por millones de españoles, sean atacados con monedas y otros objetos sólo por pensar diferente.
Estamos de acuerdo en que fueron una minoría los que atacaron a los diputados de C´s, y gracias a eso, la cosa no fue a mayores, ni hubo que lamentar daños materiales ni personales.
¿Pero quién habría sido el responsable en caso de que la chispa estallara? ¿De quién habría sido la culpa en caso de que las monedas lanzadas en vez de impactar en el cuerpo de los diputados lo hubieran hecho en la cara? ¿A quién habría que preguntar en caso de que se hubieran colado radicales dispuestos a armarla, y que los cuerpos de seguridad del estado hubieran tenido que intervenir para aplacarlos? ¿Por qué los dirigentes de Podemos no salieron inmediatamente a condenar los insultos y el lanzamiento de objetos?
Por supuesto que manifestarse es un derecho y es totalmente democrático, no así las agresiones, el enfrentamiento o los discursos de odio. Democracia es asumir tu responsabilidad, y trabajar donde debes hacerlo. Ganarte tu sueldo y llevar a cabo las reformas que prometiste a tu electorado. Y además, hacerlo donde debes: Dentro de las instituciones.
* Igor Suárez es responsable de Comunicación de Ciudadanos (C´s) en las Islas Canarias.