Montar un negocio es ya de por sí algo complicado: Pensar la idea, meditarla, reunir los recursos necesarios, ahorrar, y por último, llevarla a cabo. Una inversión de tiempo y dinero que da sus frutos. Un negocio real y efectivo que supone el medio de vida diario de muchos.

No obstante, si tu negocio tiene que ver con la restauración o la hostelería, permíteme decirte que deberás sumar unos cuantos obstáculos más en tu carrera. Pero es que si encima ya, esa carrera la haces en San Cristóbal de La Laguna y quieres tener tu pequeño negocio en el Casco Histórico, lo tienes complicado, por no decir otra cosa…

Aquí te verás ahogado y muchas veces te sentirás perseguido. Sin ayudas que lo hagan más llevadero, porque en La Laguna parece que se tiene una especie de fijación por perseguir a los pequeños comercios y por estar continuamente encima de ellos, sancionándolos y restringiendo su actividad hasta extremos ridículos. Un acoso en toda regla.

Que en una terraza no se permita colocar una pizarra anunciando cosas como el menú del día no tiene sentido alguno. Tampoco lo es que el mobiliario de terraza solo pueda ser de teca –y más sabiendo cómo es el clima en La Laguna-, lo que obliga a los empresarios a tener que sustituirlo y repararlo cada pocos meses, con el consiguiente desembolso económico que supone para ellos. Ni tampoco tiene sentido el hecho de que el gasto anual por tener estas mesas y sillas pase de los 700 euros.

Está claro que la marca de “Patrimonio Histórico” juega un papel importante en todo esto, y es comprensible que ciertas cosas no puedan permitirse. Pero de ahí, a que cada pequeña cosa sea mirada con lupa, sancionada y haciendo oídos sordos a las propuestas y quejas de los sancionados, no hace sino ahogar al pequeño comercio y darle apenas la oportunidad de prosperar.

Al final, los más perjudicados son siempre los mismos y realmente los que menos deberían pasarlo mal: los pequeños empresarios, en su mayoría autónomos y responsables de negocios familiares que no quieren sino trabajar y salir adelante. Personas que continuamente tienen que estar esquivando los obstáculos que el ayuntamiento pone a su actividad.

En muchas otras ciudades que son Patrimonio Histórico precisamente se ve el potencial de estos negocios y se fomentan como parte del atractivo turístico. Entontes ¿Por qué en San Cristóbal de La Laguna no se hace lo mismo?

¿Por qué no nos sentamos con los afectados para encontrar una solución real, que no se base en multas y sanciones por cada pequeña cosa que se salga de la normativa?

No dejemos que el sector pierda fuelle y se vea afectado el turismo, tan importante en nuestra economía. Rescatemos a los maltratados empresarios y hagamos que objetivos como recaudar a toda costa no sean identificativos de nuestro querido municipio lagunero.

 

* Teresa Berástegui es portavoz municipal de Cs en el Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna