Artículo de opinión de Enrique Rosales

Empezaré afirmando una vez más que la política de parcheo nos ha conducido a una ciudad inconexa y con falta de hilo argumental. Disfrutar de Santa Cruz de Tenerife o invertir en ella nos lleva a una auténtica yincana, que cansa y frustra al mejor corredor, a emprendedores y al propio vecino.

Asistimos desde hace 30 años al capítulo 5 de nuestro sagrado cuaderno de Bitácora ‘El Advenimiento’ o ‘El Santa Cruz que vendrá’ (¡Dios nos coja confesados!). Yo solo me remito a “las escrituras”, al guion hasta ahora leído y a sus predicadores/directores, que vienen anunciando esa soñada Santa Cruz página tras página de periódico. Nos embelesan como flautistas de Hamelín para llevarnos a las urnas cada cuatro años y no terminan nunca “la gran producción”.

Enrique Rosales, concejal y portavoz de Cs en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife

A la vista está que como directores fallan, viendo como de un simple guion de cortometraje que prometía ser ‘Teresitas food trucks y modernidad’ acabamos en una mala copia de ‘Memorias de África’. Pero lo que nos ocupa ahora es otra gran producción con género de suspense “La ciudad de la justicia” y me remitiré a sus escritos originales, la buena literatura técnica de rigor y la historia.

El PGOU de 1992 recoge el desplazamiento de algunos centros de la administración pública hacia Cabo Llanos y el traslado de la sede de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes al Suroeste. De esta forma, se resolvería la concentración excesiva en las áreas centrales de la ciudad y se mejoraría la movilidad.

Sin embargo, parece ser que la adaptación del libro tomó otro rumbo porque, como buenos creativos, una mañana se levantaron y, obedeciendo a no se sabe muy bien qué intereses, quieren ubicar la Ciudad de la Justicia en El Sobradillo a pesar de que Cabo Llanos cuenta con las mejores comunicaciones de esta isla. Para ello, digo yo, que así lo ratificó el consistorio en la revisión de la memoria de ordenación estructural del PGO en el 2013.

Cabo Llanos concentra actualmente todas las infraestructuras en cuanto a movilidad como la terminal de guaguas, tranvía, entradas y salidas hacia el norte y el sur, así como aparcamientos que ayudan a la dinamización de los negocios. ¿Qué pasará con esos 1.000 profesionales que invirtieron, a golpe de hipoteca y trabajo, para estar cerca de su gestión diaria? ¿Y con los colapsos de coches subiendo y bajando o el aumento de costes, entre otras cosas?

En cualquiera de los planteamientos de las grandes ciudades comprobamos que existen núcleos financieros, comerciales y jurídicos que obedecen a un modelo de ciudad. El interés general es que estén bien conectados pero su nueva ubicación responde en la actualidad a accesos colapsados de la TF-2 y de la TF-5, dos líneas de guaguas y la inexistencia del tranvía. Esto no convence.

En Cabo Llanos hay suelo disponible y, con algo de voluntad política, se puede atender las demandas de los solicitantes para que el Gobierno de Canarias haga uso de las facultades que le atribuye el art. 47 de la Ley Suelo y articule la viabilidad ya dispuesta hace 25 años.

Esta idea de puzle sin acabar y de falta de consenso con los operadores jurídicos y la ciudadanía en general demuestra el enorme despiste que sufre la vieja clase política. Ésta cree que sus elucubraciones, como si de un consejo de sabios se tratara, no deben ser consultadas ni debe establecerse un proceso de negociación con base de interés común.

El relevo de estos directores acomodados y la limpieza de sus alfombras deben dar paso a la energía, la transparencia y la costumbre de los que venimos del día a día, del diálogo y de la negociación en beneficio de todos. Me repetiré insistiendo en que mi formación no es de la cultura del ‘no por el no’ pero, bajo ningún concepto, antepondrá la decisión de los que se ven perjudicados por los que creen que “sería mejor”.

Esto ya no se trata de un liberal progresista opinando, sino de sentido común y de dejar de mirarse el ombligo para dedicarse al servicio de lo público y a escuchar a todos por igual. En definitiva, de colocarse en el centro para escuchar a los que viven, crean y pagan el espacio público de un Santa Cruz de todos y por encima de todo.

* Enrique Rosales es portavoz de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife