Artículo de Opinión de Beatriz Correas
Sí, estimados lectores. Vergüenza fue lo que sentí en el pasado Pleno de nuestro Ayuntamiento con la intervención del nuestro alcalde, durante la comparecencia solicitada por Ciudadanos (C’s) sobre la intervención de la empresa mixta de aguas de Las Palmas de Gran Canaria (Emalsa).
Y no solo vergüenza ajena al ver a dos cargos relevantes de nuestra política, el actual alcalde, Augusto Hidalgo (PSOE), y el ex alcalde, Juan José Cardona (PP), tirarse los trastos a la cabeza; también sentí que se nos faltaba el respeto a la ciudadanía de Las Palmas de Gran Canaria.
Tenemos derecho a saber cómo se invierte nuestro dinero. Tenemos derecho a una gestión digna y honesta de un bien de primera necesidad como el agua. Por lo tanto, debemos exigir dirigentes que no jueguen con nuestro dinero, ni con nuestra salud, ni con nuestro medioambiente.
Los expertos dicen que no se depura la totalidad del agua, aunque en nuestro recibo sí que se nos cobra. Los especialistas aseguran que se incumple el contrato de saneamiento y no se limpia la totalidad de las tuberías que llevan las aguas para la depuración, por lo que el agua llega a nuestros domicilios sin el adecuado tratamiento, y son muchos los vecinos de Las Palmas de Gran Canaria los que la utilizan, incluso para cocinar.
A algunos les molesta que C’s llame la atención sobre la gestión de Emalsa. Nos dicen que estamos “obsesionados”, cuando lo que hacemos es defender el bienestar de los ciudadanos, nuestra salud, nuestro medioambiente y nuestro dinero frente a intereses particulares. Y estos son los motivos:
1.- La oferta ganadora, donde se recoge los compromisos que la parte privada adquiere con el Ayuntamiento, se ha “perdido”. Esto implica que no se puede reclamar ningún tipo de incumplimiento, como la inversión que se debería haber hecho de más de 66 millones de euros (11.000 millones de las antiguas pesetas) para mejorar la gestión del agua.
2.- Existe un presunto delito societario y una causa abierta donde se investigan a 14 consejeros.
3.- Hasta que comenzó la Intervención, se pagaban religiosamente todas las facturas que presentaba Emalsa al Ayuntamiento, haciendo un acto de fe, ya que no se justificaban los trabajos realizados.
4.- Durante estos últimos años, el Consejo de Administración de Emalsa -con el alcalde de turno al frente- aprobaba sus cuentas anuales, y ahora reclama 88 millones de euros de beneficios, justo cuando el técnico responsable se niega a informar favorablemente para el pago de las facturas por no estar debidamente justificadas.
5.- No se está cumpliendo con el saneamiento de los canales, pero si pretenden cobrar por la totalidad.
6.- No se está depurando el 100% del agua, pero nos la cobran en el recibo como depurada, incluso a los vecinos de Jinámar, cuando la depuración de esa zona la realiza el Consejo Insular de Aguas.
7.- Los análisis realizados por expertos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria alertan de un nivel crítico de amonio en el agua, no peligroso, pero preocupante. Esto sucede en mayor proporción en la zona alta de nuestra ciudad. Necesitamos extender estudios de este tipo para verificar la presencia de otros metales pesados.
8.- Se estima que más de 50 toneladas diarias de lodo se vierten a nuestro mar, y si el ayuntamiento lo permite será cómplice de un delito medioambiental.
9.- Se han detectado irregularidades en la subcontrata a Sercanarias, en las que el ayuntamiento no ha hecho absolutamente nada.
10.- Si no se han realizado las inversiones correspondientes, entiendo que seguimos con tuberías dañadas, desgastadas, erosionadas por el tiempo y, sobre todo, por la sal residual del agua que llega a nuestros domicilios. Según expertos medioambientales de nuestra universidad, la reutilización de dicha agua, con los contenidos de metales pesados que tiene, no es apta para el riego, porque envenenaría nuestra tierra.
¿No creen que existen motivos suficientes para investigar a fondo la gestión de Emalsa?
Entre más indagamos, más convencida estoy que hay muchos intereses particulares en conflicto. No se puede entender que personas como Pedro Quevedo, Sergio Millares y el mismo Augusto Hidalgo callen ahora, que están en el gobierno, cuando antes hacían declaraciones sobre las irregularidades de Emalsa. Cuando se formó el tripartito, se decía que una exigencia del PSOE era quedarse con la concejalía de aguas ¿Por qué ese interés?
Yo no me callaré. Tengo la suerte, y quizás por eso juego con ventaja, de que mis manos están libres y limpias para defender los intereses de los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria. Nadie me financia, y eso me da la libertad e independencia para seguir adelante con esta investigación.
Hay una cosa con la que estoy de acuerdo con el señor alcalde: que el anterior gobierno no realizó ninguna acción en base a los informes. Es cierto que es el primer gobierno municipal en 20 años que ha tomado cartas en el asunto, abriendo una intervención con el visto bueno de Emalsa; pero al mes de comenzar el proceso, la empresa denuncia. Hemos dado un paso adelante, no podemos dar dos pasos atrás.
El alcalde no contestó ni una sola pregunta, ni siquiera algo tan importante como la desaparición de la oferta ganadora. Queremos saber si está de acuerdo con los informes del grupo de expertos municipales, o si cree que hay irregularidades en el contrato por parte de Emalsa.
No fue capaz de contestar, y ahora se llena la boca hablando de un decálogo de medidas para el control de Emalsa: Va a controlar la gestión, va a supervisar, va a establecer mecanismos de control. Señor Alcalde, no estamos en campaña: no nos repita lo que quiere hacer, dígame cómo y cuándo lo va a hacer.
Tengo una formación que nada tiene que ver con la política hidráulica, por lo que debo asesorarme de expertos para llegar a entenderla. El señor alcalde dice estar muy tranquilo, porque desde el Consejo de Administración obtendrá toda la información que necesita. Creo que el señor alcalde desconoce que la información que obtenga desde el Consejo de Administración es privada, de la propia sociedad mercantil. Y aunque la obtuviera: ¿Qué expertos le van a asesorar? ¿Los de Emalsa? No pueden ser los expertos municipales, porque ellos trabajan para el regidor de nuestra ciudad, no para el presidente del Consejo de Administración de la empresa. Señor alcalde, como le dije, no se puede ser juez y parte en este proceso, no se puede dar soluciones cuando los problemas forman parte de ella.
El señor alcalde se ha dirigido a los técnicos como “los llamados expertos” o “el llamado interventor”, dando a entender lo poco que valora su trabajo. Señor Hidalgo, los expertos han hecho su trabajo, que es la de informar; ahora le toca al político hacer el suyo, el de actuar. Deseo de todo corazón no tener que dirigirme a usted nunca como “el llamado Alcalde”.
Beatriz Correas es concejal de Ciudadanos (C´s) en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.