Sercanarias es una subcontrata de Emalsa (y, desde mi punto de vista, una subcontrata cuando menos irregular) y entre sus trabajos está el mantenimiento de la red de saneamiento de nuestra ciudad. Para ello cuenta con una plantilla de trabajadores que han ido pasando de empresa en empresa (incluidas municipales) dependiendo quien fuera el responsable del saneamiento.
El pasado mes de enero, el pleno del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria aprobó quitar la concesión a Sercanarias sobre el saneamiento y sacar a concurso público dicho servicio. Tenemos que tener claro que la empresa que opte por el servicio subrogará a dichos trabajadores, según ha comentado el Sr. Doreste en los medios de comunicación (que es en donde suele dar información y no en los plenos y comisiones).
Dichos trabajadores, los cuales prestan un servicio público, están intentando negociar su convenio colectivo y solicitando, al igual que el resto de trabajadores relacionados con la administración pública, que les devuelvan los derechos recortados por la crisis.
Y aquí comienza la nefasta aventura de los trabajadores que se encargan del saneamiento en el servicio de agua de nuestro municipio. La empresa no quiere negociar con ellos, ya que, supuestamente, no se les va a renovar el servicio. El ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, máximo responsable ante la ciudadanía de la calidad y limpieza de nuestra agua, tampoco habla con ellos ya que, según el tripartito, es una empresa privada. El presidente del consejo de administración de Emalsa, empresa que subcontrata el servicio a Sercanarias, tampoco quiere hablar con ellos.
Estos trabajadores se encuentran en una clara situación de indefensión, ninguna entidad, pública o privada, les da solución a su situación.
Lo curioso es que cuando deciden hacer una huelga, ahora todos hablan: habla Sercanarias para decidir los servicios mínimos, habla el ayuntamiento para confirmar las necesidades básicas del servicio durante la huelga. Todos hablan pero ninguno informa a los trabajadores y, aunque es el comité de empresa el que indica los servicios mínimos que se van a establecer durante los días de huelga, ni la empresa ni el ayuntamiento los oye. Como consecuencia de esto se sanciona a tres trabajadores.
Digo yo, si estos empleados hablaran de los servicios prestados por Sercanarias al ayuntamiento, de cómo y cuándo se realiza la limpieza de los pozos, de cuantos metros de tubería se limpian y cuántos se facturan, de la cantidad de material que se emplea para el saneamiento, de cómo están las galerías de servicios, de las condiciones en las que se encuentran los vehículos que se utilizan para ello,…. ¿los escucharía alguien?
Porque estoy convencida de que si hay alguien que de verdad sabe el grado de cumplimiento del contrato de saneamiento con nuestra ciudad, si hay alguien que sabe de la cantidad de vertidos que se realizan al mar, estos son los trabajadores de saneamiento de Sercanarias.
Artículo de opinión de Beatriz Correas, concejal de Ciudadanos (C´s) en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.