Querido Miguel Ángel:
(Permíteme que te trate de tú, como si fueras alguien cercano, de la familia, por todo lo que sufrimos por ti).
Han pasado más de 20 años y parece que fue ayer cuando tuvimos conocimiento de tu secuestro y de la vergonzosa acción que aquellos cobardes tenían previsto ejecutar. 20 años de una de las mayores atrocidades que tuvimos que padecer en nuestra aún joven democracia. Si bien es cierto que la cifra de víctimas casi alcanza los 900, la causa de tu deceso fue de algún modo diferente.
Hasta aquel día, el miedo estaba instalado en cada punto de España. Miedo a no saber cuándo, dónde y a quién atacarían. Ya no existían lugares seguros en el territorio español. Ni objetivos claros. Guipúzcoa, Navarra, Madrid, Cataluña, guardias civiles, niños, mujeres, policías…. Todo era susceptible de ser atacado. Cualquier vida podía ser arrancada, y de diferentes maneras, pero todas ellas con un denominador común: la ignominia.
Son 20 años los transcurridos ya, pero aquellas 48 horas de agonía…. de martilleo incesante de rumores, de sospechas, de nervios, de incertidumbre; aquellas horas donde se detuvo el tiempo nos dieron valor. Valor para decir ¡Basta! Valor para saber que no iban a vencernos. Valor para levantar la voz todos juntos y lanzarnos a las calles. En todas las calles de España para defender la democracia frente al terror. Hasta en aquellas donde había que hablar en susurros. Nos dieron valor para que toda la sociedad en su conjunto exigiera una solución inmediata.
Tu muerte, originada por el ultimátum de la banda armada (reagrupación de los presos de la organización en cárceles del País Vasco), a día de hoy sigue siendo bandera de aquellos que obstaculizan o no secundan tu aniversario. No puede ni debe ser tratada como una muerte más. Sin saberlo, fuiste la punta de lanza que nos unió. Independientemente de tus pensamientos o creencias, no merecías lo que te pasó. Eras un joven de 29 años que ni tan siquiera podía imaginar lo que acabarías significando para darnos fuerzas.
Aún recuerdo las imágenes de los Ertzaintza con la cara descubierta, de los vecinos en las calles de Ermua gritando “Eta, aquí tienes mi nuca”, o de la unión de los diferentes actores sociales y políticos del conjunto de España, y lo más importante, del pueblo vasco.
Ese día, ese 13 de julio de 1997, España perdió el miedo. Por desgracia, 20 años después, con los descréditos a la importancia de tu deceso, sigues siendo sin querer, Miguel Ángel (Blanco) de la ignominia por aquellos partidos que le quitan importancia a lo que simbolizas.
* Igor Suárez Cadórniga es responsable de comunicación de Ciudadanos (Cs) Canarias.